Experiencia Lavanda 2022: el poder terapéutico de la naturaleza

Otro año más hemos vivido la experiencia inolvidable de contemplar hermosas puestas de sol en medio de nuestra plantación de lavanda. El lugar mágico: Finca Las Coronas en Carmona, Sevilla.

“Cada año la misma experiencia, cada año una experiencia distinta”.

De nuevo, en Finca Las Coronas y durante todo el mes de junio, hemos tenido la suerte de disfrutar nuestra Experiencia Lavanda.

El nombre lo dice “casi” todo:

“Experiencia”, porque supone una vivencia única e inolvidable para cuerpo, mente y espíritu. Siempre lo decimos, por muy estresada que llegue una persona a la finca, el “baño” de naturaleza que se da durante el paseo guiado, tiene un inevitable efecto relajante, que va poco a poco, permitiendo dejar fuera las prisas y disfrutar de un estado de calma. Algo que agradecen enormemente nuestras visitas, y más en los tiempos que vivimos en los que respirar aire puro, desconectar la mente de las preocupaciones y reducir nuestros niveles de estrés, se convierte en un gran regalo.

“Lavanda”, porque después de pasear por otros espacios naturales sorprendentes de la finca, la experiencia culmina en la plantación de lavanda, dónde el aroma de miles de flores, el color intenso, y hermosos atardeceres, ponen el broche de oro a la tarde.

“Siéntate y siente”

Con el lema “Siéntate y siente”, surgió hace algunos años esta relajante actividad en la finca Las Coronas donde, literalmente, invitamos a “tomar asiento” en la naturaleza, y con la que conseguimos que nuestros visitantes desconecten de la rutina, y experimenten una intensa sensación de bienestar en el contacto con la naturaleza de Las Coronas, que agradecen enormemente.

Un recorrido por espacios sorprendentes…

Como cada año, el paseo va más allá del cultivo de lavanda: nos sumergimos en la naturaleza haciendo un recorrido por espacios sorprendentes de la finca, como el bosque de eucalipto citriodora, las distintas variedades de aloe o el laberinto de aromáticas. Con cada paso que damos el visitante va consiguiendo desconectar del día a día y sus prisas, para dejarse llevar por la relajación y el disfrute para los sentidos.

El final del recorrido es un mar de lavandas, dónde después de la inevitable sesión de fotos en un escenario tan colorido, se da paso al espectáculo de la puesta de sol en nuestro particular patio de butacas, entre flores. Pura magia.

Como siempre sucede el sentimiento es unánime: una experiencia inolvidable, un reseteo para nuestras estresadas vidas, una desconexión total, un espectáculo de luz, color y aroma que se queda grabado en nuestras retinas... En este tiempo difícil que nos ha tocado vivir es un regalo para cuerpo, mente y espíritu, es volver a respirar, volver a sentir la conexión con la naturaleza y volver a conectar con nosotros mismos.

Comprobado: quien se regala (o regala) la experiencia, repite sin duda.